Una de las cosas que más preguntan mis pacientes sobre la cirugía es …
“Doctor, ¿mis ojos van a estar perfectos a la primera?”
Es una pregunta legítima y razonable.
Pero la respuesta tiene truco. Enseguida te explico por qué.
Verás.
Si no hay nada que lo impida, aplicaremos unas gotas que anestesian los ojos.
Eso significa que no voy a aplicar anestesia general y dormirte entero para operar.
Aparte de ser una gran ventaja porque evitas los riesgos de la anestesia general, tiene otro beneficio:
Al permanecer despierto durante toda la cirugía, podemos comprobar in situ cómo están tus ojos después de corregirlos y hacer los ajustes que hagan falta para evitar cirugías adicionales.
Es decir: yo opero los músculos necesarios y puedes comprobar en el mismo quirófano, incorporándote de la camilla tras cada ajuste, cómo vas quedando. Si tienes molestias, si sigues viendo doble o si se siguen desviando los ojos. Y si es así, voy a hacer los ajustes que hagan falta en los músculos de tu ojos hasta dar con el mejor resultado posible.
Sin embargo, y aquí está el truco del que te hablaba al principio, los resultados son más exactos cuando ha habido una cirugía previa.
Es decir, que si es tu primera intervención, hay posibilidades de que el resultado no sea perfecto, aunque sí es muy probable que quedes notablemente mejor.
En la mayoría de los estrabismos, con una intervención es suficiente. En los pocos casos en que hay que volver a retocar, una segunda intervención suele bastar para corregir la desviación o molestias que hayan podido quedar tras la primera cirugía.
Puede parecer que es una cirugía complicada o que requiere mucho tiempo. La realidad es que, cuando se tiene una experiencia acumulada de más de mil pacientes operados con éxito, hace falta menos tiempo del que imaginas. Si quieres saber cuánto, te cuento todos los detalles aquí:
Que pases un gran día,
Javier Hurtado.